Soledad

Tengo el alma solitaria
Esperando al cuerpo que ama,
Sin desvelos de ausencia 
Sola, entre sus propias garras.

Tengo la vida desenamorada
De zorras sangrientas sin alma
Entre manos que revientan
Mi propia desesperanza.

El fin se desvela eterno
Sin más otra desgracia
Que no hallar los besos
De mi vida desgarrada.

No hay más desechos
Sólo queda el vacío
De mi propia ignorancia

Rabia

Veo tus labios entrecortados
de palabras obscenas
embebidos de misterios,
rasgados de anhelos.

Hubo un tiempo de amor,
de amenazas latientes
que dejaban varadas 
las heridas de tus besos.

¿Cuándo será el día
que entre tus dedos
halle el veneno
que cure mi miedo?

La espera es eterna
tus besos concretos.
La vida se desliza
por la ladera del deseo.

El tiempo consume mi aliento.
Mi vida consume tus besos.

Hay días tristes

Hay días tristes,
tostados de emociones opacas
que queman mi esperanza.

Desgraciado descenso
a las profundas fosas
donde ni mi alma se halla.

Hay días felices,
rasgados de amor violento
que arañan mi cielo.

Días que anochecen
sin ver el llanto
de mis dedos en tu piel.

Días que mis lágrimas
se despeñan por amor
a tu sonrisa disimulada

Hay días tristes.
Hay tristes noches.